sábado, 9 de febrero de 2008

Declaración o inexistencia de huelga

Columnas y cartones
Declaración o inexistencia de huelga
El tiempo para miles de estudiantes se está perdiendo y ya no se recupera

Rubén Calatayud /El Mundo de Córdoba
México09 de febrero, 2008
He pensado que en los procedimientos de huelga que se llevan ante los tribunales debería darse lugar a los terceros perjudicados.
En el actual movimiento promovido por el Sindicato de Trabajadores Administrativos de la Universidad Veracruzana no parece importar a una o a las dos partes del conflicto el serio perjuicio que se está causando a millares de estudiantes con el paro indefinido de labores. Ellos son los directamente afectados y, sin embargo, no tienen injerencia en el juicio.
Los estudiantes llevan una semana sin clases, han perdido ese tiempo que es irrecuperable y muy valiosos en sus vidas. No se deja de comprender que la huelga es un medio de ejercer coacción para que la parte patronal acceda a todo o a parte de las demandas. Se da por sabido que cualquier otro medio de reclamación en México sería intrascendente. Aquí no es como en Japón, donde los sindicatos que están en huelga se limitan a que los obreros se pongan una cinta en la cabeza o los líderes obligan a los agremiados a producir más para que el patrón tenga problemas de falta de insumos, de bodegas o de demanda de la clientela; de modo tal, ese país que se levantó de una guerra demoledora en 1944 pronto se convirtió en una de las seis naciones más ricas del mundo.
La huelga mexicana se limita a parar las máquinas, a cerrar los salones de clase, a dejar de trabajar, con lo que nadie sale favorecido.
En un principio, el gobernador del Estado dijo no estar facultado por la ley para intervenir en el conflicto. Posteriormente dejó claro que sí lo podría hacer, ( ello porque también el gobierno donde se presenta una huelga como la actual, sufre un demérito).
Hasta ayer, el curso de las pláticas estaba suspendido y las partes esperaban la decisión de la Universidad; de todas maneras la suspensión fue un mal indicio, ahora esta vez del sindicato, al faltar a las reuniones convocadas por la rectoría; La lideresa, Eloína Vargas, argumentó la intransigencia de su contaría para llegar a un acuerdo razonable.
Sabido es que los sindicatos, al plantear un movimiento de huelga, piden más, para ir cediendo durante las pláticas; por su parte, las empresas ofrecen menos con miras a ir aflojando en algunos puntos del pliego petitorio. En las pláticas previas al estallamiento ambas partes acceden en parte y así es como se llega a los arreglos más o menos adecuados.
Los abogados en este tipo de conflictos dicen que un buen arreglo se logra cuando ambas partes aseguran que salieron perdiendo.
El arreglo de la huelga de la UV puede llegar con la resolución de la Junta Local de Conciliación y así es de desearse pues el tiempo para miles de estudiantes se está perdiendo y ya no se recupera.

No hay comentarios: